3 de febrero de 2014

Hedonismo



Soy una adicta a todo lo que me produce placer. Y por algún motivo la mayoría de los placeres que nos vamos encontrando en la vida no son precisamente sanos o recomendables. Ser adicto te convierte en dependiente, en esclavo de tu adicción. Así que procuro ir siempre con cuidado. Llevo años de entrenamiento. Pero aun así caí muy temprano en mi propia trampa. Hoy en día soy una resignada “pluriadicta” a todo aquello que no puedo o no quiero reprimir. O pataleo como una niña con otras cuando pruebo algo bueno que no me dejan volver a disfrutar.

Hoy sin embargo disfruté de uno de esos raros y escasos momentos de placer controlado. El mismo que en otras ocasiones me ha hecho patalear.  Pero por algún motivo a veces pasa; te descubres disfrutando como una persona racional. Hace tiempo probé algo. Hoy tuve otra dosis. No estaba ansiosa pensando en el último chute. Ahora ni siquiera pienso en el siguiente. Y es entonces cuando te das cuenta de que hay momentos de placer que te hacen sentir libre. Que tienen un valor añadido por ello. 

Conociendo mi tendencia a la adicción, sólo me pregunto si esto no será un síntoma de estar haciéndome adicta a la vida de placeres controlados.




Esta canción creo que ya anda por el blog, pero es lo que tiene ser adicta.

2 comentarios:

  1. Es excelente como todo lo explicas tan natural y sencillo. Deberías darle mas trabajo al blog. Saludos del señor Fiambreras.

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  2. Gracias por esa visión...
    Prometo hacer terapia en el blog más a menudo en algún momento
    ;-)
    Abrazos

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