25 de abril de 2013

De Eros y Tánatos



                                         Luis Caballero


Sólo quiero que me llames princesa.
Que me grites en la tarde tu odio
y al salir el sol susurres que me amas.
Que me hostigues con veneno en cada palabra.
Sólo quiero oír los portazos de tu voz.
Que me dejes. Que te vayas.
Que vagues y no encuentres  camino.
Y cuando vuelvas, de puro odio,
juguemos sucio hasta que se nos pudra el alma.
Sólo quiero el aire frío de tu voz en mi oído.
El calor de tus fustas y puñales en mi espalda.
Tan sólo quiero que me revientes el corazón a patadas.
Y selles los pedazos cada noche en mi cama.
Suplicar que me folles fuerte
hasta que  me desgarres el alma.
Herirnos con la boca húmeda
hasta que hierva la rabia en tu aliento
y el silencio anide en mi paladar de princesa enojada.
Sólo quiero que me llames princesa,
ahora que ya no nos queda nada. 


Una canción que hoy me trajo recuerdos agridulces. Por las despedidas de las buenas amigas.