3 de julio de 2011

Aprendiendo a dudar

Dame una excusa para dejar de pensarte,
algo que no deje al párpado de nuevo caer.
O dame un pensamiento en que apoyarme,
que no sea tus labios, tu pecho o tu nuez.
Dame el placer de volverte loco
y que tu locura no me deje otra cosa ver.
Dame un suspiro de los que se escapan en silencio,
junto a una mirada como las de ayer.
O dame un silencio a mi pregunta
para que entienda la respuesta de una vez.
Dame una caricia desesperada,
que sienta que me has vuelto a vencer.
O acaricia condescendiente mi pelo
mientras veo claro que no te volveré a tener.
Pero dame algo tangible que usar
para acabar ya con toda esta insensatez.