Alguna vez habéis puesto empeño en el presente por algo que sabéis que no funcionará, o no será útil, o incluso será perjudicial en el futuro?
Hace unos días leí por aquí cerca una frase muy bien colocada “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol" (Martin Luther King). Pensé en esa frase y le busqué mis propias aplicaciones y sentido. La primera es la esperanza, el optimismo. El mundo acabará mañana, pero como todas las cosas malas, hasta el final no se pierde la esperanza de que no sea así. Por tanto podemos hacer algo hoy con la esperanza de que sirva para mañana contra todo pronóstico y previsión. Mi otra aplicación tendría algo de relación con el “Carpe diem”. Hazlo hoy sin importar qué ocurrirá mañana. No importa que mañana ya no sea útil, simplemente disfruta de hacerlo.
Yo siempre hablo de mi otro yo, el de mañana. Cada día que me levanto soy una persona distinta o renovada, porque todos y cada uno de los días de nuestra vida cambian y añaden algo a nuestro interior. Todos y cada uno de ellos. El simple hecho de que tu cerebro se ponga en marcha al levantarte hace que inevitablemente pienses. Y cualquier pensamiento ya es algo nuevo per se. Mi yo futuro siempre dispondrá de más información que mi yo presente. Y con más información se trabaja mejor. Así que él será más apto para solucionar lo que estoy haciendo hoy. Estará más preparado para aceptarlo, para decidir si es útil o no y qué hacer con ello. Y a su vez para tomar nuevas decisiones que mi yo futuro-futuro ya solucionará. Pero sobre todo, al de mañana aún no le conozco, así que aún no me duele. El que duele es el de hoy. Y a ese es al que intento salvar el culo, al que intento darle placer, mimar, hacer feliz.
Tras esta última frase me he dado cuenta de que, sin querer, acabo de definir mi posición. Creo que yo también plantaría hoy un árbol. Aún no sé si por esperanza, por optimismo o por el simple placer de hacerlo. Si mañana no sirviera, o entorpeciera el camino, que lo arranque mi otro yo.
Reconozco que hoy la resaca aún no me ha dejado escuchar nada, pero me apetece mucho: Love, our love (The sunday drivers)
Imagen: tomé esta foto en Cádiz. Quizá el árbol que plantemos hoy mañana podría ser así. Si no se acaba el mundo...
GUAU! Ladro porque me he quedado sin palabras. Además de sentirme honrado por haber colocado bien esa frase y que te haya servido para escribir esta reflexión. Me parece un texto increíblemente claro y bien expresado.
ResponderEliminarYo creo todo lo que dices desde la primera letra hasta la resaca,jeje.
Coincido no en un 100% sino en un 1000%, y si yo hubiera sabido explicarlo así, lo hubiera hecho.
Genial, de verdad que me parece genial.
Miedo. De ti. Quererte
ResponderEliminares el más alto riesgo.
Múltiples, tú y tu vida.
Te tengo, a la de hoy
ya la conozco, entro
por laberintos, fáciles
gracias a ti, a tu mano.
Y míos, ahora, sí.
Pero tú eres
tu propio más allá,
como la luz y el mundo:
días, noches, estíos,
inviernos sucediéndose.
Fatalmente, te mudas
sin dejar de ser tú,
en tu propia mudanza,
con la fidelidad
constante del cambiar.
Di: ¿podré yo vivir
en esos otros climas,
o futuros, o luces
que estás elaborando,
como su zumo el fruto,
para mañana tuyo?
¿O seré sólo algo
que nació para un día
tuyo (mi día eterno),
para una primavera
(en mí florida siempre),
sin poder vivir ya
cuando lleguen
sucesivas en ti,
inevitablemente,
las fuerzas y los vientos
nuevos, las otras lumbres,
que esperan ya el momento
de ser, en ti, tu vida?
(Pedro Salinas, La voz a ti debida. 1933)
Miguelón, GRACIAS, como siempre...
ResponderEliminarMe encantó que hubieras colgado esa cita. Así que te hago en parte responsable de mis reflexiones para lo bueno y lo malo (aquello del dolor de cabeza cuando la usas después de todo el día currando)Perdón, en este caso fue en plena resaca, lo olvidaba jajajajaj ;-)
Hank, ahora la que se ha quedado sin palabras soy yo. No lo conocía. Siento un poco de RABIA de no haber escrito nada así en mi vida. Palabra a palabra, no sobra ni una sóla.... Grande!
Pensé que hablabas de los tránsitos de la identidad. Luego, leyendo, encontré este poema que trataba el mismo tema desde otra óptica. Me parecía precioso y decidí compartirlo. No sientas rabia por no escribir así. ¡Quién podría! ¡Ni siquiera él pudo hacerlo mucho tiempo!
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