10 de mayo de 2015

Barcelona



Ahora que sé que voy a dejarte, te veo más bella que nunca.

Hoy estaba con ellos y tuve la necesidad de salir a buscarte, a olerte, a escucharte. A recorrerte por cada rincón. Y me di cuenta de que nunca antes había conocido tantos ni había vivido tanto en ellos. He hundido los ojos a través del cristal de decenas de cafeterías, para volver a verme sentada allí dentro. Y al hundir los ojos también se colaban los oídos y escuchaba las confesiones de Ana, las risas de Quique, la historia de Natalia, los miedos de Alex, y tantas otras cosas… He parado a saborear  cada historia en cada rincón,  bajo la mirada fugaz y curiosa de algunos que debían preguntarse qué hace una chica sóla con los ojos brillantes parada frente a una puerta.

Paré en la puerta al final de aquella calle en la que los chicos sacan cervezas de debajo de las piedras y los camareros de los bares te hablan en inglés. Y en aquella otra  donde siempre acababa cuando me perdía por aquel laberinto lleno de ropa tendida y olor a comida turca. Y en la de aquel hostal donde dormí por primera vez, cuando aún todo era una mezcla de miedos e ilusión.

Ahora que sé que te dejo, no puedo evitar esta nostalgia anticipada.  No puedo negar mis ganas de volver a ti ya incluso antes de irme. Aunque sé que el tiempo enfría los sentimientos y que a veces por el camino encontramos nuevas pasiones.

No te puedo prometer regresar. Pero eso no importa, porque un pedacito de mi se queda por aquí contigo para siempre.


30 de marzo de 2015

Think twice





-Quizá tengas razón. Creo que no lo haré.

-Me alegra oír eso.

-Lo sé.  Pero esta vez me hubiera gustado dejarme llevar…

-Y cuándo no lo has hecho? 

-No es justo que digas eso. Siempre te hice caso.

-Acaso no recuerdas la última vez que no me escuchaste?

-Estoy harto de que saques ese tema.  Sin tus miedos todo nos iría mucho mejor.

-Miedo?  No me culpes de tus fracasos!

-Mis fracasos me hacen sentir vivo.

-Pues vívelos, pero no me pidas que te siga.

-¿Y por qué he de seguirte yo a ti?

-Sólo quiero protegerte

-Eres cobarde!

-Y tú un peligro para ambos

-Entonces tendré que hacerlo sin ti.

-¿No  puedo hacer nada para pararte?

-No lo sé. Mañana si lato rápido lo haré. 

-Si lates rápido  no podré ayudarte.

-Si piensas rápido, quizá sí.

         (silencio)

-Venga, vayámonos ya a la cama

-Sólo si hoy me dejas soñar con lo que quiera.

-Está bien. Pero sólo por hoy...

Latiendo de fondo mientras pienso: