19 de febrero de 2016

Blood


Unos cuantos ladrillos en medio de una ciudad. 
Eso sería aquella pared, si no fuera porque aún no ha dejado de sangrar.
Pero nadie la mira. Los muy idiotas no sienten nada al pasar. 
No se imaginan que aquel muro fue el escenario donde murió una obra brillante, orgásmica, trágica, sobrenatural.
Que nos vio actuar, excitarnos, mentir y romper a llorar. 
Hoy, como tantas otras veces, hubiera querido abrirme heridas y sangrar por la ciudad. Curármelas, abrirlas y volver a sangrar. 
Bajar al infierno donde me dejaste y pasear. 
Porque la luz de aquí arriba también quema. 
Porque anhelo morir en otro trágico final. 


Buena música que se descubre entre acto y acto