-Quizá tengas
razón. Creo que no lo haré.
-Me
alegra oír eso.
-Lo sé. Pero esta vez me hubiera gustado dejarme
llevar…
-Y
cuándo no lo has hecho?
-No es justo
que digas eso. Siempre te hice caso.
-Acaso
no recuerdas la última vez que no me escuchaste?
-Estoy harto de
que saques ese tema. Sin tus miedos todo
nos iría mucho mejor.
-Miedo?
No me culpes de tus fracasos!
-Mis fracasos
me hacen sentir vivo.
-Pues
vívelos, pero no me pidas que te siga.
-¿Y por qué he
de seguirte yo a ti?
-Sólo
quiero protegerte
-Eres cobarde!
-Y
tú un peligro para ambos
-Entonces tendré
que hacerlo sin ti.
-¿No
puedo hacer nada para pararte?
-No lo sé.
Mañana si lato rápido lo haré.
-Si
lates rápido no podré ayudarte.
-Si piensas
rápido, quizá sí.
(silencio)
-Venga,
vayámonos ya a la cama
-Sólo si hoy me
dejas soñar con lo que quiera.
-Está
bien. Pero sólo por hoy...
Latiendo de fondo mientras pienso: